Bélgica
es uno de los países-paradigma del Estado de bienestar. Según la Oficina
Estadística de la Comisión Europea (Eurostat), sus trabajadores tienen un
sueldo medio que supera los 30.000 euros anuales, son los que menos
accidentes laborales padecen y si se quedan en el paro cobran un subsidio de
desempleo de por vida.
La Belgica plural, al uso
de la terminología de moda, lo más parecido a una nación de naciones, sería la
Bélgica plural del siglo XXI: Flandes, la región norteña rica y próspera donde habita el 58% de la población, formada por flamencos
altos y rubios que hablan holandés y adoran las bicicletas, la cerveza y los
tulipanes; y Valonia, el sur más deprimido, donde el 32% de los belgas padecen las
peores tasas de desempleo y pobreza, y
donde los niños se educan en francés y se socializan en la cultura del vino.
Apenas hay relación entre ambas, pues disponen además de medios de
comunicación, sindicatos y partidos distintos y separados.
Entre Flandes y Valonia
está Bruselas, la cosmopolita capital europea y único territorio bilingüe del
país donde los funcionarios de correos tienen la obligación de conocer los dos
idiomas. Es el único punto de encuentro de flamencos y valones, pero en caso de
escisión, sería también el botín a disputar.
Un importante
acontecimiento que marca la entrada de Belgica
al neoliberalismo es su
integración a la Union Europea desde el 1 de enero de 1958 conformada por veintisiete
países, algunos de ellos son: Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Reino
Unido, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal y España.
Sus objetivos son: Eliminar las barreras promoviendo justicia, libertad y
seguridad, libre competencia dentro de un mismo mercado, promover el progreso
científico, lucha por la igualdad y fomentar la paz entre las naciones.
Los sectores más
importantes de la economía belga en 2014 eran la administración pública, la
defensa, la educación, la sanidad y los servicios sociales (22,7 %), el
comercio mayorista y minorista, el transporte y la hostelería (19,8 %), y la
industria (16,8 %).
Sus principales socios de
exportación e importación son Alemania, Francia y los Países Bajos.
El dinero que Bélgica
aporta al presupuesto de la UE contribuye a financiar en todos los países
miembros programas y proyectos, como la construcción de carreteras, la
inversión en investigación y la protección del medio ambiente.
Belgica también forma de la urozona,
denominada oficialmente zona del euro y llamada también zona
euro, es el conjunto de Estados miembrosde la Unión
Europea que han adoptado el euro como moneda oficial
(19 Estados), formando así una unión monetaria. Su creación data del 1 de
enero de 1999. La autoridad monetaria que controla la zona del euro es el Eurosistema.
La autoridad económica y política reside en el Eurogrupo y en la Comisión
Europea.
El Banco Central
Europeo es la entidad responsable de la política monetaria de los estados que
forman la zona del euro.
El efecto de la
internacionalización, el desmembramiento y el paso bajo control extranjero de
las sociedades holdings (grupos financieros), en particular la principal de
ellas, la Société Générale que dominaba la economía, y de otra parte, en la
lógica inducida por el desigual desarrollo entre el Norte y el Sur, hemos
asistido a la reactivación del nacionalismo flamenco y la reivindicación
regionalista valona. Mientras Valonia se debatía en la reconversión de una
vieja industria, en Flandes aparecía una nueva patronal y se desarrollaba un capitalismo.
La federalización de las
estructuras del Estado se inscribe en esta evolución. Tanto que el
enfrentamiento izquierda-derecha en relación a las políticas de austeridad
promovidas a partir de los años 1980.
La moderna economía de
mercado de Bélgica es beneficiada por la localización
geográfica privilegiada del
país en Europa, por una red de transportes bastante desarrollada, y por una
base industrial y comercial diversificada.
Cerca de ¾ partes del
comercio del país es hecho con otros países de la Unión Europea. Su economía
está estructurada en los tres sectores básicos de forma irregular: el 1% de su
economía está enfocada en el sector agrícola, el 25% en el sector industrial y
el 73% en el sector de servicios.
Hasta mediados del siglo XIX, la economía belga era fuertemente agraria, pero más adelante estuvo entre los primeros países en adaptar su economía a los cambios introducidos por la Revolución Industrial debido a las grandes reservas de carbón que poseía la industria. Hoy en día la metalurgia sigue teniendo un peso importante en el sector secundario.
Hasta mediados del siglo XIX, la economía belga era fuertemente agraria, pero más adelante estuvo entre los primeros países en adaptar su economía a los cambios introducidos por la Revolución Industrial debido a las grandes reservas de carbón que poseía la industria. Hoy en día la metalurgia sigue teniendo un peso importante en el sector secundario.
Actualmente el sector servicios emplea casi al doble de personas que la
industria. Hoy en día, Bélgica es un país económicamente avanzado, ocupando la novena posición en el índice de desarrollo
humano elaborado en 2005 por las Naciones Unidas, y siendo el tercer país del mundo en cuanto
a formación de sus trabajadores, según
un reciente informe de la OCDE.
Aun así, desde hace ya más
de veinte años el sector servicios es el motor de la economía debido, entre
otras cosas, a la presencia de múltiples instituciones internacionales y
comunitarias en el país. Gracias a ellas en Bélgica se concentran gran cantidad
de empresas de servicios y agencias de representación internacionales.
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